Las calles de Atienza encierran preciosas casas de diferentes siglos, que aguantan al paso del tiempo. En las fachadas de muchos de estos se pueden contemplar los escudos de armas de diferentes importantes familia nobiliarias de Atienza, en las fachadas de impresionantes casonas. Ademas, en los últimos años se están restaurando preciosas fachadas de piedra que anteriormente se taparon con cemento, y dan un aspecto más antiguo, medieval al pueblo.
Gran parte de la arquitectura civil que ha resistido al paso de los siempos se encuentran situadas en las dos plazas más importantes del pueblo: la plaza de España y la plaza de Don bruno Pascual Ruilopéz
La Plaza de España
De forma triangular, y en fuerte cuesta,
muestra esta típica plaza dos de sus costados ocupados por soportales,
y todo su entorno rodeado de edificaciones de variadas épocas,
pero muy características de la villa y tradicionales. Destaca entre
ellas el palacio del siglo XVI donde asienta la Caja de Ahorros Provincial,
con gran arco adovelado semicircular y hermosísimo escudo heráldico
de piedra, correspondiente a los apellidos de Bravo de Lagunas, Medrano
y Mendoza; el Ayuntamiento con su severo empaque arquitectónico
y su torrecilla del reloj, más gran escudo en la fachada. En el
centro de esta plaza resalta una bellísima fuente del siglo XVIII
también, con diversas figuras de peces talladas y un enorme pilón
bien trabajado.
La plaza de Don Bruno Pascual Ruizlopéz
o del Trigo
Se comunica con la anterior a través
de una estrecha calleja en fuerte cuesta, y pasando a ella por el arco
de Arrebatacapas. Es una de las más bellas plazas de Castilla.
En un costado se alza la iglesia de San Juan, obra del siglo XVI. El resto
de sus límites se conforman con líneas de edificaciones
tradicionales, apoyadas en soportales de madera o piedra, con entramados
de madera y revocos de yeso pálido. Una de las casas exhibe en
sus capiteles de tallada madera los emblemas del Cabildo de curas de Atienza,
a cuya institución perteneció (son unas llaves cruzadas y un águila
bicéfala); otras casas muestran frisos, zapatas y aleros magníficamente
tallados. Este conjunto, donde antiguamente se celebraba el Mercado de
la villa y su comarca, mantiene perfectamente sus esencias tradicionales
dentro del ámbito de la arquitectura popular atencina.